Semana de la Ciencia 2017: Juan J. Villarías Robles plantea la posibilidad de que la mítica ciudad de Tartessos se sitúe en Doñana
En la XVII Semana de la Ciencia de Madrid, el investigador del ILLA organizó una charla en la que analizó el desarrollo cultural en el bajo Guadalquivir en la Prehistoria reciente
Dentro de la programación de las actividades que el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CCHS-CSIC) ha organizado en la Semana de la Ciencia de Madrid de este año, Juan Villarías Robles ofreció la charla ‘¿Estuvo Tartessos en Doñana?’. Este investigador del Instituto de Lengua, Literatura y Antropología (ILLA, CCHS-CSIC) proporcionó información multidisciplinar sobre el Proyecto Hinojos, iniciado en 2005 sobre el desarrollo cultural en el bajo Guadalquivir de la Prehistoria reciente.
Villarías indicó que el caso de Tartessos es interesante porque se considera que es el primer Estado que surgió en la Península Ibérica. “¿Qué mejor manera de entender el Estado que estudiar el primer estado que se creó en la península? Esto es objeto de la antropología política”, destacó Villarías. Igualmente, añadió que “la Marisma de Hinojos se suele inundar, desde octubre a marzo. Si se inunda mucho, durante los meses de enero o febrero, a lo largo de unas semanas se puede observar el paisaje que tuvo durante miles de años, cuando era un gran golfo y después, pasó a ser un lago. Ese lago renace de sus cenizas y durante una temporada, uno tiene la ilusión de que vuelve hacia atrás en el tiempo, que es cuando Tartessos existía”.
Villarías explicó en qué consistieron algunas de las tareas llevadas a cabo dentro del proyecto. Entre ellas, sobresale la comprobación de imágenes, la prospección de superficie, la exploración eléctrica y el electromagnética del suelo, así como el análisis de la sedimentación y la pretensión de realizar en el futuro una excavación arqueológica.
A lo largo de la charla, se describió cómo hasta la constitución del Parque Nacional de Doñana en las marismas del Guadalquivir en la década de 1960, esta zona había estado habitada durante siglos por una comunidad humana adaptada al aprovechamiento de los muchos recursos que facilita el medio marismeño y el cercano litoral. A comienzos del siglo XX, la construcción del palacio de la Marismilla, próximo a la desembocadura del Guadalquivir, tuvo por efecto inesperado el descubrimiento de los restos de un poblamiento más antiguo aún: el del yacimiento arqueológico de El Cerro del Trigo, de los siglos II a VI de nuestra era (esto es, de las épocas romana y visigoda). Unos años más tarde, en la década de 1920, el arqueólogo anglo-francés George Bonsor y el filólogo alemán Adolf Schulten excavaron este yacimiento pensando que bajo los restos romanos hallarían los de la ciudad perdida de Tartessos. Aunque las excavaciones no dieron con la célebre ciudad, pusieron de manifiesto un asentamiento notable en Doñana en el periodo romano y alentarían proyectos arqueológicos comparables sobre Tartessos en el entorno del antiguo estuario del Guadalquivir. El proyecto de Bonsor y Schulten reveló asimismo indicios de un poblamiento humano más remoto todavía, de la prehistoria, así como señales de una subsidencia general del terreno del antiguo estuario durante el Holoceno.
En ‘¿Estuvo Tartessos en Doñana?’, Juan José Villarías también se centró en cómo investigadores del CSIC, la Universidad de Huelva, la Universidad de Granada y la Fundación del Hogar del Empleado (FUHEM) han encontrado en la llamada ‘Marisma de Hinojos’, en el Espacio Natural de Doñana, anomalías significativas en el registro geomorfológico y arqueológico de la zona para los milenios III a I antes de la Era Cristiana respecto de lo comúnmente aceptado hasta ahora por los especialistas.
"El Espacio Natural de Doñana es el escenario de procesos geomorfológicos de duración relativamente rápida que tienen un gran interés científico, comparables a los que generan en otras zonas del planeta las fluctuaciones climáticas y las fuerzas tectónicas de los últimos milenios", destacó Villarías. De esta manera, el pluridisciplinar Proyecto Hinojos ha puesto en valor desde 2005 estos precedentes para la ciencia sobre Doñana a la luz de sus propios resultados: principalmente, de un lado, evidencias de poblamiento y tradiciones culturales que se remontan al menos al Neolítico y, de otro, claros signos de una rápida dinámica geomorfológica de fases sedimentarias aluviales y de subsidencia interrumpidas periódicamente por episodios erosivos de origen oceánico de alta energía, como por ejemplo los tsunamis.
Noticia sobre la celebración de la XVII Semana de la Ciencia en el CCHS.
Triana Rubio (CCHS-CSIC)