Francisco Ferrándiz (ILLA) y Francisco Colom (IFS) participan en el proyecto Horizonte 2020 UNREST que aborda el legado cultural de las guerras en Europa
Francisco J. Ferrándiz (ILLA, CCHS-CSIC) y Francisco Colom (IFS, CCHS-CSIC) participan en el proyecto Unsettling Remembering and Social Cohesion in Transnational Europe (UNREST) - Memoria perturbadora y cohesión social en la Europa transnacional (UNREST) del programa Horizonte 2020 financiado por la Comisión Europea. Forman también parte del equipo de investigación Marije Hristova (contratada postdoctoral UNREST, ILLA, CCHS-CSIC), Zoé de Kerangat (contratada FPI, ILLA, CCHS-CSIC) y M. Laura Martín Chiappe (contratada FPU, ILLA, CCHS-CSIC).
El proyecto UNREST se desarrolla entre abril de 2016 y marzo de 2019, y está compuesto de un equipo multidisciplinar de expertos que abarca los campos de Historia, Antropología Social, Filosofía Política, Estudios de Memoria, Estudios Culturales e Interacción Humano-Computador, ubicados en cinco países miembros Alemania, Reino Unido, Dinamarca, España y Polonia.
Unsettling Remembering and Social Cohesion in Transnational Europe (UNREST) es un proyecto europeo que aborda un acuciante problema de memoria histórica en Europa. Buena parte de la legitimidad de la Unión Europea se deriva de un mito fundacional de reconciliación transnacional que ha primado una perspectiva consensual sobre los episodios más traumáticos de su reciente pasado, desde las dos guerras mundiales y el Holocausto hasta la paz y la prosperidad de post-guerra. Sin embargo, toda una serie de movimientos en Europa están desafiando este relato con el recurso a concepciones políticas e identitarias combativas y antagónicas frente a las que la memoria cultural europea parece en ocasiones impotente. UNREST propone una tercera alternativa frente al oficialismo de la memoria cosmopolita de la Unión Europea y la memoria antagonista de los movimientos nacionalistas y de ultraderecha: un tipo de memoria agonista que, sin desprenderse de los ideales fundacionales europeos, asume el papel de la conflictividad como una oportunidad para la reacción ética y política en el terreno de la memoria.